Hubo un tiempo…

Hubo un tiempo…

Hubo un tiempo. Sí, lo hubo, en el que todo se medía en bloques de estados de ánimo y en el que lo más importante era el día a día. Luego a alguien se le ocurrió tabular nuestras vidas y se marcaron plazos acotados que desgranaban las tristezas y alegrías en minutos, días, años… Así nació la espera.

Hoy, hay quien lucha por la búsqueda de un ideal intemporal que conjugue la felicidad con el factor suerte. ¿Suerte? …la de haberte conocido. Ahora el único tiempo que me preocupa es el que no puedo estar junto a ti.

© Chimi, 21/08/2006.